Hasta el momento hay evidencia de propiedades:
analgésicas; antiinflamatorias; ansiolíticas; antitumorales;
anticonvulsionantes; antipsicóticas, y neuroprotectoras.
Lo que le proporciona, según estudios clínicos, valor o potencial terapéutico para las siguientes patologías:
Dolor crónico, Fibromialgia, Enfermedades inflamatorias autoinmunes, como la artritis.
Cáncer: tumores cerebrales (gliomas), de piel (melanoma y carcinoma cutáneos), de mama, de páncreas, de hígado y de próstata, entre otros; en el tratamiento paliativo, mejora síntomas de la quimioterapia como dolores físicos, náuseas, vómitos e insomnio.
Ansiedad, estrés y depresión.
Trastornos neurológicos: enfermedad de Alzheimer (EA), demencia, enfermedad de Parkinson (EP) y otros trastornos del movimiento, esclerosis múltiple, epilepsia refractaria o accidente cerebrovascular (ACV).
Enfermedades neuropsiquiátricas: esquizofrenia, autismo, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), trastorno por estrés postraumático (TEPT) y alcoholismo.
Síndrome metabólico: obesidad y diabetes.
Desórdenes cardiovasculares.
Enfermedades inflamatorias intestinales (EII): enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa.
Enfermedades inflamatorias crónicas de la piel: dermatitis, psoriasis y acné.